No hay semana que se libre de la violencia en los campos de fútbol. Su escalada es preocupante. El Athletic lo vivió en primera persona con parte de su hinchada en Roma, abroncada por club, entrenador y capitanes; el pasado domingo fue en el Metropolitano con el Frente Atlético en el derbi madrileño; y lo de Anoeta fue un paso más lejos con los radicales del Anderlecht. “Está claro que hay que hacer algo”, ha lanzado Ernesto Valverde desde Lezama.
“Cada semana que hay partidos europeos parece que hay determinada gente que tiene barra libre en cualquier sitio. Pueden ir a una ciudad y romper el estadio, tirar los asientos a la gente que está debajo y hacer lo que sea”, ha añadido el técnico. Existen “unas normas básicas” para todos de cara a “poder disfrutar de ir a un espectáculo como es el fútbol” que, en muchas ocasiones, no se están respetando.
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Valverde considera, eso sí, que estamos viviendo un punto de inflexión. “Creo que va siendo hora, tengo la sensación de que esta vez se van a poner ciertas medidas porque está habiendo ruido con todo esto y es bueno que lo haya porque al final se va a convertir en algo que no queremos”, ha señalado el preparador.